La gran fiesta vivida en Mendizorroza, quien cumplió cien años este sábado, tuvo su brillante colofón sobre el terreno de juego. Llevado en volandas por su hinchada, el Deportivo Alavés derrotó con goles de Giuliano Simeone, Jon Guridi y Carlos Benavídez a un rival directo como el Celta y aseguró así, aunque solo de manera virtual, su permanencia en la élite. El Cádiz, ya a trece puntos, recibirá mañana al Mallorca. 

En esta ocasión, a diferencia de la semana pasada, no hubo apenas sorpresas en el once de Luis García Plaza, muy limitado por las ausencias de los sancionados Abdel Abqar y Rafa Marín. Rubén Duarte y Carlos Vicente, en concreto, protagonizaron las dos únicas novedades en una alineación que premió el gran trabajo realizado frente al Atlético; y, en la convocatoria, entraron los canteranos Álvaro García, Eneko Ortiz y Selu Diallo.

Después de unos prolegómenos que pusieron la piel de gallina a muchos de los asistentes al estadio albiazul, con especial mención al himno a capela y los tifos de Iraultza 1921, se dio paso a un encuentro muy activo. La importancia de los tres puntos provocó que ni el Alavés ni el Celta salieron a especular y, ya desde el pitido inicial, uno y otro buscaron la portería rival en busca de un tanto tempranero que condicionase el choque. 

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En imágenes: La afición albiazul se vuelca con el centenario de Mendizorroza Pilar Barco / Alex Larretxi

Lo que, sin embargo, pudo desequilibrar la contienda no fue un gol, sino una expulsión. Sobre los 20 minutos de juego, Carles Pérez golpeó a Duarte y Pulido Santana le mostró la cartulina roja al interpretar una agresión, pero la misma fue desestimada por el propio colegiado, y rebajada a amarilla, tras revisar el VAR. Dicha acción, eso sí, no hizo que el partido perdiera su ritmo, lo que benefició de manera clara a los babazorros

Pese a que el Celta había sido aplaudido en las últimas jornadas, y con razón, por su juego ofensivo, fue el Alavés quien se mostró mucho más convincente en ataque a través de rápidas transiciones de balón y varias recuperaciones importantes en campo rival. Así llegaron tres ocasiones reseñables: dos de Kike García -la segunda de ellas, a pase raso de Andoni Gorosabel, muy clara- y otra de Carlos Vicente. Estuvo atento Vicente Guaita.

Esa falta de puntería fue la que impidió a los albiazules marcharse por delante al descanso después de una primera mitad en la que habían sido superiores en ambas facetas, generando muchos problemas a la zaga celeste y protegiendo a la perfección a Antonio Sivera. Buena muestra de esto último, en lo que destacaron Nahuel Tenaglia y Duarte, es que el de Jávea se marchó a los vestuarios sin haber tenido la necesidad de intervenir.

REANUDACIÓN DE ENSUEÑO

Ya en la segunda mitad, el Alavés no desaprovechó la oportunidad de tomar ventaja en el marcador. Al poco de reanudarse el encuentro, Kike fue más listo que su par, pisó área con el balón controlado y asistió a Giuliano para que marcara a placer el 1-0. El argentino, además, no fue el único en estrenarse este curso, pues también lo hizo Guridi poco después en un mano a mano que le sirvió para romper su particular gafe (2-0).

Ambos goles fueron la demostración de que los once del Glorioso habían vuelto mucho más enchufados de los vestuarios que los pupilos de Claudio Giráldez, y la narrativa no cambió en exceso con el paso de los minutos. Para refrescar las piernas de su equipo, después de retirar a Duarte lesionado (Ander Guevara), Luis García dio entrada a Álex Sola (Vicente), Samu Omorodion (Kike), Luis Rioja (Guridi) y Joaquín Panichelli (Giuliano).

El Celta, como se esperaba, dio un paso al frente en busca de un rayo de esperanza, pero no lo encontró. El Alavés apenas sufrió para defender su ventaja y, en realidad, siguió creando las mejores ocasiones. Guridi avisó con un remate al palo en el minuto 73 y, cerca de la prolongación, Benavídez marcó de cabeza, a centro de Sola, el definitivo 3-0. No les será fácil olvidar este encuentro, y su ambiente, a todos los que acudieron a Mendizorroza.